Fuerza vs. debilidad

Fuerza vs. debilidad

Paseando por la espesura, Teodopulus le preguntó a su acompañante: «¿No crees que mis errores y mis numerosas caídas muestran mi debilidad?».

A lo que éste le respondió: «Si fueras fuerte no habrías dejado que la oscuridad te envolviera en su manto».

Teodopulus se quedó largo rato en silencio, pensando.

«Tienes razón. No era fuerte. No lo era. No lo soy. ¿O sí? Pero dime, amigo, ¿acaso no me he levantado mil veces tras caerme? ¿Acaso no lucho cada día para ser feliz? ¿Acaso quien logra sonreír tras haber llorado mil mares no es fuerte? Sí: tengo momentos de gran entereza y otros de gran duda. Errar y caerse es de humanos y hasta los dioses del Olimpo, cuya fuerza es indiscutible, tienen momentos de debilidad.

»Forjar el carácter es una señal de fuerza. No permitir que las palabras que te atacan ni los golpes que te da la vida te hundan, también. Fuerza…, la fuerza es una constante que se ve puesta a prueba cada día, cada minuto. Momentos, más o menos largos, de debilidad no hacen a alguien menos fuerte sino más sabio.

»Más sabio puesto que si logra salir de ellos habrá aprendido una dura lección de vida. Más sabio porque habrá conocido las lágrimas, la pena, la rabia, la duda, el miedo…, y aun así los habrá vencido. Y permanecerá, por siempre, a la espera de una nueva lección que le dé la vida y que le haga más fuerte; puesto que, querido amigo, la fuerza y la debilidad son dos caras de una misma moneda».

T.


Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0 

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