La madrugada me acoge
silenciosa
calmada;
mientras la noche remolonea
en su cama,
de oscuridad y misterio
engalanada.
Bebo el silencio de las calles vacías
interrumpido solo por un puñado de
golondrinas
desveladas.
Siento la gélida caricia de la escarcha
en mi piel,
la mirada cristalizada de la hierba
que envidia mis movimientos
y aquella libertad que le fue
arrebatada.
Una sonrisa mordaz quiebra mi rostro
al pensar
que tal vez soy yo la prisionera
sin una jaula de hielo
sin una jaula de rocío
pero igualmente confinada
en una cárcel
que me congela.
T.

Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0








