Hoy pasé por delante de tu puerta
entornada, danzaba nerviosa
con el viento. La calle,
un silencio fracturado por mis pasos
por el trino
de los mirlos. Pasé por delante
de tu puerta y me eché a llorar.
Me envolvía el aroma a pan
recién hecho, su estallido de sabor
y matices tostados. La realidad
me inundó los labios en forma de sal
recordé
que ya nunca volvería a comer pan
no sentiría jamás su textura en la boca
ni las migas
al esconderse entre mis dedos.
La puerta se acurrucó en su cerco
cansada de bailar. Despertó
el resto de la calle. Desapareció
el olor a pan, pero yo
no logré dejar
de llorar.
T.
Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0








