¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick

Hacía tiempo que quería leer este libro, ya que Blade Runner es una de mis películas favoritas y me parecía un sacrilegio no leer la novela en la que se inspiró. Dejando las comparaciones aparte, he de decir que el libro es muy bueno y me ha sorprendido (muy) positivamente. Al igual que me pasa con Margaret Atwood, este es el segundo libro que leo de Philip K. Dick y me declaro muy fan de sus novelas. No solo por esa inmensa imaginación que despliega con cada historia, sino (sobre todo) por el componente algo más profundo y trascendental que se descubre en cada libro. Empiezo por hablar un poquito más de él, para ponernos en contexto, y luego paso a analizar esta novela en particular.

He leído que catalogan al autor de «maestro de la ciencia-ficción paranoica». Esto de poner etiquetas cada vez más extravagantes a las cosas me resulta muy llamativo, la verdad, pero no voy a traer aquí una disertación sobre el tema. Veamos al autor.

Philip K. Dick nació en Chicago en 1928. Estudió en la Universidad de Berkeley, aunque no llegó a licenciarse. Sin embargo, fue allí donde se familiarizó con el ambiente cultural y contracultural norteamericano, lo cual le puso en contacto con los autores de la generación beat y con la literatura típica del género pulpEn esos años ya comenzó a escribir sus primeros relatos. 

En sus más de 120 relatos y obras, Dick plasmaba sus inquietudes y obsesiones. Le gustaba desarrollar a personajes que dudaban sobre su propia realidad, que se cuestionaban si estaban o no atrapados en un mundo ficticio, en una alucinación o en un espejismo. Y, además, le gustaba hacerlo involucrando al lector en la trama hasta el punto de confundirle con lo que es real y lo que no. De hecho, esa es una de sus constantes: sembrar la duda en el lector respecto a la naturaleza personajes y de la realidad misma.

Tuvo el apoyo y el reconocimiento de otros autores de ciencia-ficción coetáneos y le concedieron el Premio Hugo en 1963. Sin embargo, y aunque ya en vida era considerado un autor de culto pese a ser poco conocido por el gran público, Dick no logró vivir de su escritura. Aun así, en 2005 fue incluido en el Salón de la Fama de la Ciencia-Ficción.

Hacia el final de su vida, empezó a tener problemas psicológicos que, unidos a su consumo desenfrenado de drogas, le llevaron a mostrar un comportamiento paranoide y que plasmó en la última parte de su obra. Tampoco ayudaban su temperamento obsesivo, con varios intentos de suicidio, relaciones complejas con las mujeres y multitud de trastornos psicológicos. Murió en 1982, en Santa Ana, a consecuencia de un derrame cerebral.

En cuanto a ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Philip K. Dick desarrolla esta novela tras preguntarse si se puede distinguir en verdad lo que es genuinamente humano de lo que no lo es. Es decir, en el caso de que se desarrollen los androides hasta el nivel de que sean conscientes de sí mismos, de que tengan emociones, sueños y aspiraciones, ¿acaso no estarían vivos de alguna manera? Y, en ese caso, ¿acabar con su vida no sería igual que matarlos? Y otra idea que plantea Dick con esta novela: si los androides carecen de empatía —algo que los diferencia de los humanos—, ¿es más lícito «retirarlos» sin ningún tipo de remordimiento?

La trama del libro está muy bien construida, la tensión es creciente y hay magníficos puntos de giro. De hecho, en algún punto el lector se pregunta si todo lo que creía haber descubierto era falso y si también ha caído presa de las apariencias, tal y como el autor pretendía. Philip K. Dick ha creado una historia brillante y no hay que olvidar que el libro es de 1966, por lo que me parece una genialidad el grado de detalle sobre la tecnología que presenta el autor en este mundo de ciencia-ficción. 

Además, diría que los personajes se convierten en instrumentos de la propia historia para contarse a sí misma, es decir, pasan a un segundo plano para resaltar los planteamientos que propone el autor. Es más importante el poso, la reflexión de si es más vida una biológica que una creada artificialmente. También es magnífico el marco postapocalíptico que se despliega en la historia, no solo la premisa de la extinción animal, sino también de la contaminación radioactiva que afecta a la humanidad y la religión que surge en esa nueva realidad. 

Es muy interesante el planteamiento que hace el autor acerca de androides que cobran consciencia de sí mismos y lo que hacen por sobrevivir y, sobre todo, el paralelismo que existe entre su sentir hacia la vida con respecto al que tienen los humanos. Sobre todo por el tipo de humanos que nos encontramos en esta novela, que a veces carecen de la empatía que supuestamente les diferencia de los androides. 

Es el segundo libro que leo de Philip K. Dick y me fascina encontrar entre sus historias de ciencia-ficción un profundo poso metafísico, incluso filosófico-espiritual y ético, que lleva al lector a reflexionar acerca de la existencia y de lo que esta supone. Tal vez el autor quisiera analizar la realidad como algo que en verdad no existe, pero me atrevo a decir que sus historias escapan a su propósito y van más allá: son capaces de dialogar con el lector y su propio modo de percibir la vida y la existencia. 

Como punto algo más flojo diría que el desenlace del protagonista y su misión es demasiado precipitado, personalmente he echado de menos algo más de tensión dramática, de desarrollo de los «villanos», que se desinflan un poquito al final; pero esto es un gusto personal que no afecta al nivel ni a la originalidad de la novela. 

La edición de Minotauro es muy buena (ISBN 978-8445007723), manejable, cómoda de leer y transportar y con un tamaño de letra agradable. Además, la relación calidad-precio está bien; las ediciones de Minotauro suelen ser muy chulas. 

Sin duda recomiendo mucho este libro a todo amante de la ciencia-ficción, las distopías casi post-apocalípticas y las novelas de detectives (se nota la influencia de las novelas pulp de los años 30 y 40), aunque también lo recomiendo a los amantes de la metafísica y de esas preguntas incómodas acerca de la existencia sobre las que a algunos nos gusta reflexionar.

T.


Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0 

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