Con las manos en las letras

Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez es una novela de 1981 que puede resumirse en una palabra: frenética. Escojo este término porque es lo que me evoca: el ansía, el frenesí por saber más, por avanzar, por entender por qué ocurren los hechos que se están narrando. Es una novela que te deja sin aliento: no puedes parar de leerla porque el autor crea tal expectación que te impele a seguir con cada frase.

Empiezo por un «aviso a navegantes»: esta es mi primera novela de García Márquez. Y, la verdad, no entiendo cómo he tardado tanto en ponerme con sus libros porque me he quedado asombrada y fascinada con su impecable manera de escribir. Menuda forma de contar una historia, de describir, de incluir deliciosamente los detalles y los contrapuntos de humor. Sublime.

En cuanto al libro que nos ocupa: está escrito en un formato que me hace pensar en las crónicas periodísticas, pero también me recuerda a un cuento (al menos, en cierto modo). El autor narra los hechos como si fuera un cuentacuentos que comparte la historia con un público deseoso de saber más, ofreciendo los datos de manera quirúrgica y minuciosamente dosificada. Esta estrategia fomenta la creación de varios ganchos (podríamos llamarlos clickbaits), que se quedan revoloteando en la memoria del lector y funcionan como cebos simultáneos, los cuales le mantienen atrapado en las redes de la trama.

Me resulta sorprendente que las tramas en las que se sabe el desenlace de antemano tengan esa maravillosa fuerza de absorber al lector: sabes lo que ocurre, pero necesitas saber cómo se llega a ese desenlace. No es tanto saber qué pasa sino por qué y cómo ocurre, alimentando así la curiosidad natural del lector, acrecentándola, y haciéndole formar parte de la historia.

Crónica de una muerte anunciada me recuerda en estilo al libro de Truman Capote titulado A sangre fría. Como si de una extensa crónica se tratara, empieza a contar la historia por el final y va reconstruyendo los hechos para mantener en vilo constante y sostenido al lector. En el caso de García Márquez, diría que me ha enganchado incluso más de lo que lo hizo en su día Capote. Lejos de hacerse pesado cuando divaga para dar cuerpo a la historia principal, García Márquez completa la trama principal con diversos detalles de los personajes secundarios que aportan mucho más color al conjunto de la novela.

Sin ánimo de extenderme mucho más, simplemente añadir que la edición que yo he leído (DeBolsillo) es estupenda y muy cómoda. La portada es de las que son suavecitas (seguramente tiene un nombre, pero no lo conozco, disculpadme) y el dibujo de portada es sencillo, simple, pero muy chulo y elegante. Aunque suelo caer prendida de las ediciones de tapa dura con solapas y cubiertas en relieve o con diseños artísticos y muy elaborados, adoro las ediciones de bolsillo y últimamente son las que más compro. Me gustan porque son «libros todoterreno» que te acompañan a todas partes, son pequeños y ligeros, manejables e infinitamente mejores que los ebooks (porque mantienen ese inigualable olor a libro <3).

Os recomiendo completamente leer este libro: es corto (apenas 137 páginas), de lectura muy dinámica, cómoda y rápida, con una trama de lo más entretenida y espléndidamente escrita. Algunas (muchas) de las frases que aparecen en este libro son verdaderas joyas. Si sois como yo, leedla con señaladores adhesivos para releer esas perlas literarias.

Nos leemos pronto. ¡Felices lecturas!

T.