Con las manos en las letras

Este es uno de esos libros que te absorben y devoras en una mañana; o, más bien, él te devora a ti, porque te arrastra al centro de la historia sin oportunidad posible de escapatoria. Este año estoy descubriendo unos autores tremendamente interesantes y Stefan Zweig es uno de ellos.

Este escritor austríaco de principios del siglo XX fue muy conocido por sus relatos, novelas y ensayos, aunque también escribió poesía y teatro, entre otros muchos géneros literarios. Algunas de sus obras más conocidas son Amok, El amor de Erika Wald o la que hoy nos ocupa: Novela de ajedrez.

Stefan Zweig (Viena 1881 – Petrópolis 1942) nació en el seno de una familia acomodada y tuvo la oportunidad de estudiar Filosofía en la Universidad de Viena, lo que despertó en él un profundo interés por la literatura. Su posición ética y política contra la guerra le llevó a viajar a otros países y a conocer a numerosos intelectuales de la época y también marcó, hasta cierto punto, su obra literaria.

Por la longitud, Novela de ajedrez se puede englobar dentro del género de la novela corta o de las novelettes. A pesar de su breve extensión, es una obra de una fuerza extraordinaria. Un ejemplo brillante de la premisa «menos en más», ya que en tan solo 96 páginas se desarrolla una trama redonda, muy bien estructurada y con unos personajes interesantes y bien construidos. Las descripciones son pura poesía, muy visuales y con una fuerza dramática casi sobrecogedora.

Mediante un narrador testigo, asistimos a una partida de ajedrez épica entre el campeón del mundo Mirko Czentovicz y un enigmático contrincante, que parece surgir de la nada, durante un viaje en barco de Nueva York a Buenos Aires. En ese sentido, el título es muy evocador: no sólo hace referencia a la partida que mueve la trama, sino que toda la obra es, en sí misma, una partida de ajedrez que se va desplegando estratégicamente ante el lector.

Quizá uno de los aspectos más interesantes es el análisis psicológico de los personajes. Zweig examina la capacidad de resistencia del ser humano al ser sometido a una presión constante, inhumana y cruel. En ese estudio, vemos cómo la mente actúa cuando se la aísla y qué estrategias desarrolla para tratar de sobrevivir. La historia se narra sin ninguna división en capítulos ni apartados, lo cual refuerza la lucha mental y la sensación de presión, que llega a ser incluso angustiosa.

A través de los ojos del narrador, vemos una contienda casi tangible entre la frialdad y la pasión: cómo la naturaleza antagónica de dos personas se traduce en su magistral, y en ocasiones estremecedor, modo de jugar al ajedrez.

Zweig describe con una facilidad asombrosa los sentimientos de los personajes, sus luchas internas y su personalidad, a través de sus movimientos corporales, sus maneras de hablar y, especialmente, a través de unas magníficas descripciones construidas con gran destreza.

La versión que he tenido la oportunidad de leer es la de la editorial Acantilado (ISBN 978-84-95359-45-2), que es sencilla, maleable y ligera. Las solapas ayudan a marcar las pausas de lectura sin poner en peligro la integridad formal del libro, por lo que resultan muy útiles. La letra tiene un tamaño óptimo, está bien maquetado, con suficiente espacio para no resultar agobiante a la lectura, y la traducción es espléndida.

Recomiendo absolutamente Novela de ajedrez. Tiene un estilo sublime, los personajes son cautivadores, la historia se desarrolla de manera casi frenética y es prácticamente imposible dejar de leerla hasta el final. Sin duda, Zweig ha sido un maravilloso descubrimiento literario.

Nos leemos pronto. ¡Felices lecturas!

T.

Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0