Con las manos en las letras

He tenido la suerte de leer este magnífico libro que ha dejado un poso de ternura, asombro y cierta nostalgia en mi interior. Al leer la última palabra he sentido que me despedía de un buen amigo, alguien en sintonía con mis emociones, capaz de hacerme reír, llorar o, incluso, de «centrifugar» mi cerebro y dejarme totalmente descolocada.

Daniel Cassà es un autor deliciosamente lírico, con un estilo personal y muy rico, en el que se trasluce un gusto por el detalle y por la escritura cuidada. La fingida molestia de quererte es su primera obra, una recopilación de relatos breves a modo de cuentos cuyo hilo conductor es el complejo mundo de las emociones, con un especial protagonismo del amor en sus distintas expresiones. Son historias breves pero intensas y emocionantes, capaces de atrapar al lector para empujarle a seguir leyendo hasta el final. Algunas, además, «echan raíces en el lector» y dejan en él una impronta que permanece aun después de terminarlas.

El libro se compone de catorce relatos independientes y breves, cada uno con un argumento, un tema e incluso un estilo diferentes. Esta variedad da mucho color a la lectura, ya que se mantiene la capacidad de sorprender al lector de principio a fin. Además de ese nexo en común que acoge a todos los relatos bajo el mismo paraguas de las emociones, diría que se trasluce una cierta influencia kafkiana, sobre todo en el primer relato «Ana y Joel».

También vemos una interesante combinación de terror, ciencia ficción y misterio, como en los relatos «Los camaleones y la música», «Un cuento sobre nosotros» o «La tormenta». Este último me recordó mucho a La cosa de John Carpenter y diría que es de mis favoritos, aunque no sabría con cuál quedarme; hay varios que me encantan.

Así mismo, destaca la destreza con la que Cassà desarrolla el realismo mágico en sus historias, incluyendo elementos fantásticos e irracionales con una naturalidad admirable y de una manera tan aparentemente sencilla, que acaba convirtiéndose más en un hiperrealismo mágico absolutamente creíble.

Al comienzo de cada relato aparece una preciosa ilustración relacionada con la historia en la que nos vamos a adentrar. Son ilustraciones en blanco y negro, casi a modo de grabados, sencillas pero poderosas, que invitan a quedarse un rato observándolas para deleitarse en cada trazo y que aportan un interesante valor añadido al libro. Personalmente, me gusta mucho cuando se incluyen ilustraciones en los libros que leo, sobre todo si tienen relación con la trama, aunque sea muy sutil.

En cuanto a la edición, el libro está publicado por la Editorial Sar Alejandría (ISBN 978-84-19104-74-8) y es cortito, de 166 páginas. La encuadernación es en tapa blanda, de buena calidad y fácil de leer, con solapas que permiten marcar las pausas de la lectura. La maquetación me ha resultado muy original, con el texto centrado en la página y bastante espacio en los márgenes, lo que da mucho aire a la lectura. El tamaño de la letra es adecuado y resulta cómodo de leer.

Recomiendo mucho la lectura de este libro, pero de una manera lenta, degustando cada historia para sacarle todo el jugo y la multitud de matices que ofrece. Como bien indica la sinopsis, es una lectura perfecta «para picar entre horas».

Y es que las historias que Cassà nos narra se prestan a repetidas lecturas y pueden ser el perfecto acompañante según nos sintamos en cada momento. Volviendo a lo que decía al principio, este libro es ese gran amigo que siempre nos acompaña y ameniza nuestro día cuando decidimos compartir nuestro tiempo con él. Me gustaría pensar que me volveré a encontrar con él en una segunda parte.

Nos leemos pronto; ¡felices lecturas!

T.

Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0