Te encuentras en un cruce de caminos. A mano derecha, la seguridad de lo conocido, de lo tangible, de lo que ya conoces. A mano izquierda, el conejo blanco de Alicia, la fantasía, lo intangible y la emoción de descubrir nuevos mundos.
Pastilla azul y pastilla roja.
Azul: la realidad, sus claroscuros, aquello que ya conoces bien. Te da seguridad pero te ahoga, cuando lo que tú necesitas es expandirte, alimentar ese fuego que te consume por dentro cuando tratan de contenerlo. Esta pastilla te ancla a tu zona de confort.
Roja: la fantasía, lo incierto, la inseguridad. No sabes si todas esas posibilidades que tu mente juega a crear son ciertas. Si estás persiguiendo una sombra, un fantasma irreal de tu imaginación. Es pura ficción.
Lo que nunca te contaron es que en un cruce de caminos hay cuatro opciones, no dos.
Una: volver por donde has venido. Nada ha pasado, nada ha cambiado, todo ha sido un efímero y dulce sueño que archivar en las profundidades de tu memoria.
Dos: el camino de la pastilla azul. Aceptar la realidad gris pero conocida y aprender a vivir en ella, tratando de utilizar el pincel de tu imaginación para colorear tus días.
Tres: el camino de la pastilla roja. Dejar atrás el mundo plomizo y triste para perseguir una quimera. Saltar al vacío para intentar alcanzar una fantasía borrosa que tu mente ha moldeado con la intención de sazonar tu vida.
Cuatro: mandar todo a la mierda y hacer, de una vez y por todas, lo que te dé la realísima gana. Sin dudas, miedos ni obstáculos que frenen tu espíritu expansivo. Decides ser quien dirige tu vida, no un mero figurante en ella.
Y bien, amigos, ¿qué camino decidiríais tomar?
T.
Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0









Replica a Carlos Menéndez Cancelar la respuesta