Un grito desesperado quiebra la noche rasgando las pesadillas que me atrapan; tentáculos de silenciados reproches se tornan las palabras que mis labios callan. De día, el reinado de la máscara se impone; de noche, dejo que la negrura me devore. Amordazadas tantas emociones, deseo que estallen y me destrocen. Profundos anhelos desgarran mi ser, arrancados sin piedad antes de nacer. Se apaga el día y regreso de nuevo; las tinieblas toman el relevo. Me descubro incapaz de invocar mi voz, mi cuerpo se congela y me inmoviliza; envuelta en un mutismo atroz, condenada a una tortura enfermiza. Me asfixio, me ahogo, me hundo. Me falta— el— aire. Todo se precipita, se enturbia, me constriñe. Solo— veo— tinieblas. Los brazos de Morfeo deseo abandonar para escapar ya de aquella oscuridad. Logro despertar con un grito lacerante, que quiebra la noche y disuelve el horror, suaviza el puño que oprime mi interior y consigue devolverme con fuerza la voz.
T.
Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0









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