Dejar que tu aliento sea brisa
y desmaye mis pétalos de lava
que el rocío de tus labios empape
las flores que me habitan;
volverme sol de blanco fuego
para que desvistas mis veranos,
y ser
la fresca y encendida amapola
que anida en tu boca en primavera.
Juguemos
a quitarnos las hojas de oro
cuando desfile nuestro otoño,
a tirar sus cuerpos crujientes
sobre este suelo oxidado;
—llega el frío—
ven ahora, derrite mi nieve
y en la tierra hambrienta
plantemos semillas;
mientras esperamos los retoños,
torna mi nombre ulular del viento
y abraza mis inviernos
con el calor de tu piel
sabor canela.
T.
Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0








