Cayó el interruptor
dejó el cuarto a oscuras
sus cuatro paredes evitaban
cruzar las miradas
las esquinas extendían sus líneas
en busca de luz, de una salida
de aquella Nada.
Telarañas de rosas negras
bostezaban en los rincones
desnudas de su luz
—de un cariño intermitente—
se cansaron de rogar
una atención que no llegaba
entre tinieblas se estiraron
hasta desgastar sus tallos
y tapizar la fosa
con sangre morena.
Cayó el interruptor
lo arrancaron las espinas
las paredes amputaron las junturas
supuró la oscuridad
al fin
la luz llegó y besó
todas las heridas.
T.
*Este poema está inspirado en el Poema XVIII de Trilce titulado «Oh las cuatro paredes de la celda», del gran César Vallejo.
Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0








