
El extenso manto gris que acoge mis pies se empeña en difuminar los vivos colores que me abrazaban ayer. El ruido incesante apaga aquella música que me inundaba cada mañana, cuando los días brillaban incluso en la oscuridad. Regreso, sintiendo aún más fuerte el peso de la gravedad que se vuelve eco de mi propio ánimo. Y, una vez más, me pregunto si no seré yo quien forja su propia cárcel. Su propia jaula.
T.
Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0









Replica a digresionesalmargen Cancelar la respuesta