Se marchó
o tal vez nunca existió
aquella chispa que encendimos
juntos, ilusionados
los dos.
Ese fuego compartido
como una hoguera en la noche
ardía con rabioso fervor
y lograba
acariciar las estrellas,
inflamándolas hasta fundirse
en su brillo.
Resistía vendavales
cuando llegaban de repente
y amenazaban con robarnos
las brasas.
—Pero—
ahora veo la danza del
humo, la huella de un fuego
apagado. Muerto.
El silencio de aquel crepitar
toma cuerpo
en una ausencia que pesa
y roba el aire, ese
que compartíamos.
Se marchó
aquella chispa—
o tal vez solo existió
en mi imaginación.
T.
Con las manos en las letras © 2023 by Tania Suárez Rodríguez is licensed under CC BY-NC-ND 4.0









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